Me recordaba a un antiguo sacerdote que de pequeño acostumbraba a hablarme de Cristo. Yo le escuchaba boquiabierto. Creía ciegamente en todo eso que me explicaba. Dogmas, milagros y fe. Hasta que un día mi abuela estuvo en el límite de la muerte y yo recé tanto que hasta desgasté padrenuestros, avemarías y credos. Mi abuela murió y descubrí que aquel cura me había enseñado unos hechizos que no servían de nada, absolutamente de nada.
-Albert Espinosa: 'Todo lo que podríamos haber sido tú y yo si no fuéramos tú y yo'